“Si me preguntas qué trabajos seguirán existiendo en el futuro, mi apuesta más segura sería: hazte plomero”.
Esta frase provocadora es de Geoffrey Hinton, considerado el “padrino de la inteligencia artificial” y ganador del Premio Nobel de Física en 2024. Y aunque pueda sonar exagerada, refleja una verdad incómoda: la IA avanza rápidamente en las tareas cognitivas, pero aún está muy lejos de dominar la manipulación física y la adaptabilidad humana.
En este artículo exploraremos cómo la IA está transformando el mercado laboral, qué profesiones están más en riesgo —y por qué el futuro del empleo puede estar justamente en revalorizar habilidades que parecen del pasado.
El Café que la IA Aún No Puede Preparar
Para comprender las limitaciones actuales de la IA, vale la pena recordar el Coffee Test, propuesto por Steve Wozniak, cofundador de Apple. La idea es simple: ¿sería capaz un robot con IA de entrar en una casa al azar, encontrar la cocina, identificar los utensilios necesarios y preparar una taza de café —sin instrucciones previas?
Para nosotros, los humanos, esto puede parecer trivial. Pero en la práctica, requiere un conjunto de habilidades que la IA aún no domina:
- Percepción contextual: distinguir entre azúcar y sal, o entre una taza y un vaso medidor.
- Navegación espacial: moverse en un entorno desconocido, tomando decisiones en tiempo real.
- Sentido común: saber que una cafetera necesita agua o que una taza debe colocarse bajo el pico antes de presionar el botón.
- Manipulación física: sostener objetos delicados, medir la cantidad justa de agua o encajar los filtros correctamente.
Mientras que la IA se destaca en entornos estructurados, con reglas fijas y datos abundantes, todavía tropieza en el mundo caótico e impredecible de la vida real. Esta es la clave para entender la paradoja del futuro del trabajo.
Dónde la IA Está Reemplazando Empleos
A pesar de estas limitaciones, el impacto de la IA en el empleo ya es profundo. Tres grandes tendencias se destacan:
1. Presión sobre trabajos cognitivos
Dario Amodei, CEO de Anthropic, advierte que la IA podría eliminar hasta el 50% de los cargos administrativos de nivel inicial en los próximos años. Meta ya señaló esta dirección: en 2025, Mark Zuckerberg afirmó que la empresa tendría una IA capaz de funcionar como un ingeniero de nivel intermedio —reduciendo la necesidad de humanos en esos puestos. Poco después, Meta anunció planes para recortar un 5% de su plantilla.
Este movimiento solo se intensificará con el ascenso de la agentic AI, agentes autónomos capaces de ejecutar tareas humanas de forma continua y a una fracción del costo.
2. Menos oportunidades de entrada
El desafío no está solo en la sustitución de empleos existentes, sino en la falta de creación de nuevos puestos. El CEO de Shopify, Tobias Lütke, llegó a declarar que cualquier nueva posición en la empresa debe justificarse: ¿por qué esa tarea no puede realizarla una IA?
Las cifras confirman esta tendencia: un informe del Stanford Digital Economy Lab reveló que los trabajadores en etapa inicial (entre 22 y 25 años) en áreas expuestas a la IA experimentaron una caída del 13% en el empleo, mientras que en sectores menos expuestos los trabajos se mantuvieron estables o crecieron.
3. Redefinición de las profesiones más relevantes
Un estudio de Microsoft analizó interacciones de usuarios con Bing Copilot y creó un “índice de aplicabilidad de la IA”. El resultado fue claro: las profesiones basadas en recopilación de información, redacción y análisis son las más afectadas. Entre ellas:
- Intérpretes
- Periodistas
- Matemáticos
- Representantes de ventas
- Consultores financieros
Por otro lado, los empleos menos impactados eran precisamente aquellos que requieren habilidades físicas y relacionales:
- Enfermeros y auxiliares de enfermería
- Cirujanos orales
- Masajistas
- Ingenieros navales
- Montadores de neumáticos
- Techadores
- Camareras
La Paradoja de los Trabajos del Futuro
Durante miles de años, la supervivencia humana dependió de habilidades físicas: fuerza, destreza, resistencia. Con el tiempo, pasamos a un modelo cognitivo, donde la inteligencia analítica y el razonamiento se convirtieron en la principal ventaja competitiva.
Ahora, con el auge de la inteligencia artificial, enfrentamos un cambio paradójico: a medida que las máquinas asumen el “trabajo cerebral”, los empleos que implican cuerpo, presencia y humanidad se vuelven aún más valiosos.
Profesiones como enfermeros, carpinteros, diseñadores, plomeros y masajistas podrían convertirse en aún más centrales. No solo porque la IA no puede replicar sus habilidades manuales y relacionales, sino porque esos trabajos contienen algo que ninguna máquina puede sustituir: la experiencia humana directa.
Limitaciones Fundamentales de la IA
Incluso con avances impresionantes, la IA sigue enfrentando barreras difíciles de superar:
- Falta de comprensión contextual: sabe qué es algo, pero no por qué importa.
- Ausencia de sentido común: no cuenta con una base intuitiva para enfrentar situaciones nuevas.
- Percepción fragmentada: integra visión, sonido y texto de forma limitada.
- Sin “brújula interna”: carece de auto-orientación para reajustarse sola en escenarios inesperados.
Esto significa que, aunque pueda superar a los humanos en velocidad de procesamiento o análisis de datos, aún está lejos de competir en términos de adaptabilidad real.
Una Oportunidad para Reimaginar el Valor del Trabajo
El impacto de la inteligencia artificial en el empleo no tiene que verse únicamente como una amenaza. También abre espacio para una revalorización de las habilidades humanas.
En lugar de luchar contra la automatización en áreas donde la IA es claramente superior, quizás la clave esté en invertir en lo que no puede replicar:
- Trabajos físicos y manuales que exigen presencia y destreza.
- Interacciones humanas basadas en empatía, cuidado y confianza.
- Creatividad aplicada en contextos imprevisibles.
- Capacidad de adaptación en entornos en constante cambio.
Conclusión: El Futuro Es Más Humano de lo que Imaginamos
Al contrario del temor de que la IA eliminará todos los empleos, lo que estamos viendo es una transformación paradójica. Cuanto más avanza la tecnología en el campo cognitivo, más se valoran las habilidades físicas, relacionales y contextuales.
Si Geoffrey Hinton tiene razón, el futuro del trabajo puede consistir menos en competir con las máquinas y más en redescubrir el valor de lo que nos hace humanos.
En definitiva, la mayor oportunidad no es solo sobrevivir a la era de la IA, sino redefinir lo que significa ser humano y valioso en un mercado laboral en constante transformación.
